El siguiente texto forma parte de una selección de temas relevantes sobre la jubilación que Enrique Marín, nuestro Director General, ha desarrollado con base en su experiencia directa con nuestros clientes y sus preocupaciones reales con respecto a este tema.
Si hay algún otro tema de interés relacionado con la jubilación sobre el cual te gustaría tener más información, te invitamos a dejarnos un comentario con tu sugerencia.
Quisiera hacer alusión en este texto a un contexto que conozco muy bien y de primera mano, situación en la cual tengo amplia experiencia y puedo dar mi punto de vista más informado. Me refiero ni más ni menos a la generación Baby Boomer, es decir, todos aquellos que nacieron aproximadamente entre los años 1946 y 1965 y que por ende, actualmente se encuentran en la edad cercana a la jubilación o quizá incluso ya la estén viviendo. Les invito entonces a visualizar una situación que se presenta cotidianamente en esta generación: una pareja promedio, en la que uno de los dos cónyuges ha pasado gran parte de su vida trabajando fuera del hogar para ser el sustento económico de su familia, mientras que su pareja se ha encargado de las tareas relacionadas con la educación de sus hijos y el mantenimiento del hogar.
Bajo este contexto social, lo más común es que quien hasta ahora ha sido la persona dedicada al trabajo y el sustento económico del hogar durante toda su vida, al llegar el momento de jubilarse, tenga dentro de sus objetivos inmediatos recuperar la relación y convivencia familiar, y particularmente la de la pareja, ahora que por fin ha llegado el momento de disfrutar juntos, entre otras cosas, viajes, actividades culturales, cursos, etc.
En muchos casos esta persona ha dejado de participar en muchas de las actividades cotidianas de la familia, la convivencia con su pareja y muy particularmente, en su relación con sus hijos, por lo que puede llegar a sentirse mal consigo mismo al haber sacrificado dichas actividades por tener que estar trabajando y participando en actividades sociales relacionadas con la vida laboral.
Piensan que la jubilación les dará la oportunidad de recuperar esas relaciones de pareja al tener más tiempo disponible en casa, en algunos casos se imaginan, por un aspecto de justicia, que su pareja y sus hijos les reconocerá y recibirá con los brazos abiertos por haberse “sacrificado” por ellos durante tanto tiempo.
Al mismo tiempo están conscientes de que ese distanciamiento prolongado ha provocado que el reencuentro se vea muy difícil, pensando incluso que “no me aguantan 2 ó 3 días, ni siquiera cuando estamos de vacaciones”, y “parece que les urge que me regrese a trabajar”.
Por otro lado, quien ha llevado la responsabilidad del hogar y la educación de los hijos, tiene la creencia de que al estar ya acostumbrados a estar en casa, entonces su estatus era ya, en práctica, como el de una persona jubilada, por lo que el recién jubilado estará llegando a invadir su casa, rompiendo con la dinámica y el equilibrio que ahí existen. La jubilación se percibe por ambos como solo estar en la casa, lo cual no es necesariamente correcto.
La persona que está próxima a jubilarse desconoce la dinámica real y cotidiana de la familia y de la casa, por lo que al comenzar a vivir y convivir más tiempo dentro de ella encuentra muchas cosas que piensa que es su deber cambiar o corregir, trata de tomar el control y dar órdenes a los demás como si se encontrara todavía en una oficina bajo un sistema jerárquico, lo que provoca irremediablemente que el caos se desate en la familia.
Existen datos de EEUU que demuestran un incremento en el índice de divorcios después de 25, 30 o más años de matrimonio detonados por el tema de la jubilación. En México, la dificultad de las relaciones de pareja se refleja de diversas maneras, porque como dice el dicho “el dinero y el amor no se pueden ocultar” y ya se comienzan a observar divorcios por esta causa con una mayor frecuencia.
El jubilado por naturaleza se siente frustrado al encontrar que ha “sacrificado su vida” buscando el sustento económico de la familia, para que al final no haya obtenido una recompensa y agradecimiento por parte de su familia, sino todo lo contrario. Ha recibido problemas y rechazo, lo que en muchos casos lleva al aislamiento, la depresión, y eventualmente la muerte. La realidad es que, aunque le cueste trabajo aceptarlo, estas reacciones las ha provocado la misma persona, al enfocarse principalmente en ser el proveedor material de su familia, descuidando por completo los aspectos sociales y las relaciones con su pareja e hijos. Al llegar a la jubilación, será su propia responsabilidad cambiar esa imagen de proveedor, fomentar las relaciones y buscar que le identifiquen como un elemento más del círculo familiar.
La dinámica con la pareja en la jubilación ciertamente es muy compleja y requiere de una comunicación conjunta y cercana para encaminarla hacia el disfrute familiar en esa nueva fase de la vida.
La situación descrita podría considerarse como una generalidad, sin embargo, cada caso es distinto y requiere justamente de una preparación lo más anticipadamente posible. La persona jubilada necesita enfrentar éste y muchos otros cambios con mucha flexibilidad e inteligencia, pero sobre todo con la preparación personal necesaria de manera anticipada para no solo lograr mejorar la relación con su pareja y su familia, sino también consigo mismo, y aún más importante, para disfrutarlo a nivel personal.
En Retirement Advising ya tenemos casos de éxito al respecto, por lo que ponemos a su disposición nuestra experiencia, herramientas y metodología.
Si encuentran valor en este y otros artículos nuestros les pedimos que los compartan. Agradeceremos también que propongan temas de su interés relacionados con alguna de las siguientes series de artículos que estaré desarrollando:
- La jubilación y la familia
- La jubilación y el trabajo
- La jubilación y el ocio
- La jubilación y la sociedad
- La jubilación y la salud
- La jubilación y las finanzas
- La jubilación y la autosuficiencia